Cuando una especie sale de su rango habitual y establece una población en otra parte, en este territorio nuevo esta especia se considera una exótica. A veces, esta especie exótica tiene características o adaptaciones que la hacen especialmente capaz de sobrevivir en el ecosistema nuevo, y al no haber evolucionado junto a esta especie, las especies autóctonas son incapaces de competir por recursos (World Wildlife Fund). Es muy importante recordar que no todas las especies exóticas son invasoras; es posible que una especie exótica se naturalize pero que no comprometa la salud de su nuevo ecosistema.
El número de especies invasoras va aumentando, debido en gran parte al aumento exponencial de comercio internacional que se ha visto en el último siglo. Otros motores para el aumento de especies invasoras incluyen: cambios al clima y a los ecosistemas que obligan a especies a migrar y la introducción de especies exóticas a nuevos ecosistemas por motivos estéticos.
En años recientes, se ha revaluado la denominación de ciertas especies como 'invasoras'. En el pasado, esta palabra era útil para comunicar que estas especies hacían daño al ambiente en el que se encontraban. Sin embargo, las especies invasoras frecuentemente se han descrito de tal manera que da la impresión que estas especies "destrozan" ecosistemas a propósito. El uso de la palabra "invasora" puede reforzar la idea de que hay especies "buenas" y "malas", en vez de reflejar la verdad: todos los seres vivos tiene como objetivo sobrevivir, y las especies invasoras no hacen daño a su ecosistema de maldad. Clasificar a algunas especies como 'invasora' también puede cambiar la culpa de los seres humanos, que son los que suelen crear las condiciones para la migración de las especies "invasoras" de una lado a otro, a las especies mismas.
El uso de palabras como "invasoras" también simplifica un tema que en verdad es muy complejo. Es imposible saber definitivamente cuanto tiempo una especie ha estado en un lugar, así que solemos considerar como "nativa" a especies que han estado ahí desde que llegaron los humanos. El problema con este criterio es que suele ignorar que la migración de especies es un proceso natural e importante para la formación de ecosistemas que ha estado sucediendo desde que evolucionó la vida y que sigue sucediendo hasta el día de hoy. También es importante considerar que una especie que haga daño a un ecosistema en el que ha sido introducida no va a ser dañina en todos los ecosistemas nuevos, y que una especie introducida puede suponer tanto beneficios como perjuicios para su nuevo ecosistema. Por estas razones, entre otras, más y más se está discutiendo la posibilidad de cambiar la manera en la que nos referimos a estas especies para poder describirlas con mayor precisión y con menos prejuicios.
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